El cine silencioso en Galicia en una Europa en Guerra
En la década de los años 10 se comenzaba a augurar un proceso de consolidación del espectáculo cinematográfico que llegaría junto con los últimos momentos de la Gran Guerra en noviembre de 1918. En esta época comenzaría la superioridad del cine sobre otros espectáculos, permitiendo así su consolidación en Galicia a finales de los años 30.
1910/20
La consolidación se ve potenciada por la importancia cada vez mayor de los artículos sobre el cine en periódicos y la creación de revistas especializadas en este campo que llamaron el interés de la población. El aumento de las sesiones cinematográficas a lo largo de la semana también fue un factor decisivo, convirtiéndolo en un espectáculo mucho más regular. Finalmente, Galicia vuelve a contar con personas interesadas en crear contenido cinematográfico, a lo largo de la década de los 20 (José Gil, Isaac Fraga, Villardefrancos, …).
Serían especialmente importantes las figuras de José Gil, defensor de la cinematografía francesa, que retoma las grabaciones documentales de sucesos pero también comienza a mediados de la década a desarrollar las primeras películas de ficción en Galicia que se conservan (Miss Ledya) y por ser uno de los primeros en realizar una grabación de un evento deportivo con el partido entre el Arenas de Bilbao y el Vigo en 1919. Por otro lado Isaac Fraga también realizaría obras cinematográficas, dentro del campo del cine francés pero con una gran influencia norteamericana, aunque su verdadera importancia recae en el apartado de promotor del cine, llegando a ser el dueño de algunas de las salas de cine más importantes de la comunidad autónoma, como el “Salón Apolo” o el cine “Fraga”.
Es necesario comentar que a finales de esta década se sucedieron múltiples incendios en salas de cine dentro de Galicia, causando la desaparición de algunas tan importantes como la sala “Lino”, en Coruña, o el “Variedades” de Orense (que pasaría a ser el cine “Fraga”).
También es importante la aparición de los primeros movimientos de censura en los cines gallegos a finales de la década, impulsados por movimientos ciudadanos que buscaban la moralidad del cine. Estos movimientos fueron intensos en poblaciones como Santiago de Compostela y se pusieron en práctica dos formas de actuar sobre el cine: mediante la acción directa o mediante la creación de organizaciones que expongan un cine moral (Liga mutua de señoras que inauguran “Salón teatro de la Casa social católica” en Santiago de Compostela).
1920/30
Este periodo es el que transcurre antes de la llegada del cine sonoro a Galicia. Durante estos años el cine se consolida por encima de otros espectáculos. Se trata de una época marcada por las guerras y la dictadura de Primo de Rivera, lo que acentuaría los movimientos de censura dentro de las salas de cine.
Al comienzo de la década nacen movimientos obreros que luchan por una mejora de las jornadas laborales y una sucesión de la guerra de Cuba y la de Marruecos, donde se cosecharían múltiples fracasos por parte del ejército español, impulsando así la aparición del régimen totalitario. En 1929, con la caída de Primo de Rivera y la instauración de la 2ª República llega el cine sonoro a Galicia, donde solo se instaura en principio dentro de las principales ciudades (comenzando en Vigo, Marzo de 1930, y llegando 2 años más tarde a Coruña), haciendo su llegada al ámbito rural bastante más tarde. Los teatros comenzaban a remodelarse para convertirse en salas de cine, mostrando así el éxito del cine sobre el del teatro.
La aportación del cine gallego al del resto de la península era minoritario. La producción se centraba en Madrid, donde se creaba un cine comercial, Galicia carecía de industria cinematográfica y las producciones de cine de ficción eran muy escasas en la región.
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