Alemania
Una de las películas más importantes de esta época es El ángel azul (1930). Es la primera película relevante del cine sonoro alemán y también una de las más decisivas aportaciones del cine de este país.
Con la subida de Hitler al poder, se produce el segundo éxodo del cine alemán. Muchos de ellos acabarán en Hollywood. Hitler puso al ministro de propaganda del tercer reich, Goebbels, al mando del cine alemán. Se elimina a todos los judíos presentes en las producciones para crear cine ario y, al hacerlo, se percibe que realmente había muchos más de los que se pensaba. Algunos actores destacables aceptados por el Reich son Emil Jannings y G.W.Pabst; este último se reincorpora al cine alemán en 1941. Pero la intromisión de Goebbels en el cine perjudica al arte, que no debe mezclarse con la política.
El cine de propaganda nazi no tuvo mucho éxito aunque sí se puede destacar el documental Triumph des Willens (1936) elaborado por Leni Riefenstahl, una amiga personal del propio Hitler, y más tarde ese mismo año elabora Olimpíada sobre las olimpiadas celebradas allí. Aunque la temática no fuese extremadamente exitosa, y de hecho ninguna película pro nazismo haya pasado a la historia, el cine alemán se sintió muy orgulloso de su Agfacolor, que basada en una patente de 1912 consiguió dar color al cine, siendo el primer sistema europeo en color.
El ritmo visual del cine abstracto y cubista
El cine abstracto surge con los ensayos que las artes plásticas y la poesía venían realizando al negar la idea de representación, experimentar con los materiales expresivos y poner en cuestión la propia obra de arte. No son los cineastas de vanguardia quienes se decantan por el cine abstracto, sino los pintores que niegan la representación y la narración e indagan en un cine al margen de la cualidad fotográfica. Les interesa un “cine como creación pura” (eggeling): la emoción provocada por las imágenes en movimiento, la animación de las formas y los colores. El cine puro apuesta por el ritmo visual, el devenir en el tiempo de formas y colores que aproxima el cine a la música. Dentro del cine abstracto están los siguientes autores:
Viking Eggeling: pionero del cine abstracto. Su única obra es Diagonal Symphonie (1921), una película de siete minutos creada a base de miles de dibujos en la que unas sencillas formas evolucionan según el ritmo.
Hans Richter: participó en el futurismo, dadaísmo y la vanguardia norteamericana. Realizó obras como Rythmus 21 o Fantasmas antes del desayuno.
Walter Ruttman: experimenta con formas simples que evolucionan en movimiento y sufren cambios de iluminación (en las películas Opus I, II, II y IV). Su obra más trascendente es Berlín, sinfonía de una gran ciudad.
Oskar Fischinger: colabora con Ruttmann y experimenta con la animación de figuras de cera y en la sincronización de imágenes y música. Sus obras vanguardistas son Washsexperimente y la serie Studien.
Mencionamos también en este apartado autores del cine abstracto en Francia:
Henri Chomette: hermano de René Clair, es el representante del “cine intrínseco” que está separado de elementos dramáticos o documentales. Obras: Jeux de reflets, de lumière et de vitesse y Cinq minutes de cinema pur.
Germaine Dulac: se decanta por un cine experimental e impresionista, pero vuelve a la vanguardia con la surrealista La concha y el reverendo y obras de cine abstracto como Disc 927 o Thémes et variations, que tratan de ser la plasmación visual de poemas o partituras.
La única obra considerada cubista es Le ballet mécanique (rechazo de la narratividad, experimentación con el ritmo y la propia representación), cuyo autor fue Fernand Léger. Tras las Primera Guerra Mundial utiliza símbolos del mundo industrial y recibe la influencia del constructivismo soviético.
El sistema de producción de la UFA y los directores F.W. Murnau y Fritz Lang
Apenas una docena de cineastas participan en este cine. El director de producción de la UFA, Erich Pommer, promovió el sistema de equipo de director, lo que suponía una gran libertad creativa y de experimentación técnica y estilística, aunque poco rentable. Por esto, en las películas destacan los efectos especiales, los movimientos de cámara… Las películas estilizadas (cine de autor propiciado por el sistema de equipo de director) buscan competir con los largometrajes norteamericanos y satisfacer las exigencias de las élites culturales.
A pesar de todo, la UFA fue tachada de ser un instrumento de la derecha capitalista y sus producciones rechazadas por parte de sectores intelectuales. Además, la censura y el debate sobre la función educativa del cine llevaron a una considerable cultura cinematográfica en el país. A finales de los 20, la UFA entra en crisis por las dificultades de amortización de algunas películas y decide fusionarse con las delegaciones de la Paramount y la MGM (más tarde sería adquirida por el financiero Alfred Hugenburg). El cine de la UFA solo representa un 18% de la producción nacional. El cine proletario alemán fue impulsado por el partido socialista y sus sindicatos en los años 20 y 30, donde habían fundado el cine del pueblo. Se distribuyeron películas de propaganda destinados a demostrar la necesidad de lucha de clases (Por ejemplo, Brueder, de Werner Hockbaum).
El cine de Friedrich Wilhelm Murnau está poseído por dicotomías como la sombra frente a la luz, la naturaleza frente a la vida urbana o el amor frente al fracaso. En su técnica destaca la minuciosidad con que dispone todos los elementos al servicio de su idea y el montaje ágil y la cámara móvil para la captación del ambiente. Películas: El muchacho en azul, Nosferatu el vampiro, El último, Amanecer, Los cuatro diablos, Tabú
Fritz Lang tiene una extensa carrera desde los comienzos del expresionismo de la UFA hasta las grandes obras de cine negro del período norteamericano. El recurrente tema de su cine es la “voluntad de poder”, que se plasma en historias donde el ser humano es perseguido o amenazado por las fuerzas sociales o los poderes, que ha de huir o luchar para sobrevivir, la fatalidad criminal y las sociedades secretas o complots que amenazan al inocente. Películas: Las tres luces, El doctor Mabuse, Metrópolis, El anillo de Nibelungo, M, el vampiro de Düsseldorf, Liliom, Solo se vive una vez, La mujer del cuadro, Mientras Nueva York duerme, entre otras muchas.
Evolución del expresionismo: la Nueva Objetividad y el kammerspielfilm
Dentro del cine mudo alemán surgen estas dos tendencias en los años 20. La Nueva Objetividad tiene su origen en los postulados del movimiento fotográfico y pictórico del mismo nombre que, frente al pictorialismo, postula el documentalismo y la fotografía de estética autónoma. En el contexto de crisis social y política tras la caída del káiser, la fotografía y el cine tratan de mostrar la realidad inmediata, ser testigos de los acontecimientos sociales, haciendo hincapié en la descomposición social y moral. Las películas más significativas de este también llamado “realismo callejero” (por la interpretación naturalista de actores que encarnan a tipos muy humanos), son Tragedias de amor, La calle, Bajo la máscara del placer y Berlin Alexanderplatz.
El Kammerspielfilm toma su nombre del “teatro de cámara” y agrupa a películas que narran conflictos elementales donde personajes cotidianos expresan con violencia sus pasiones. Mediante primeros planos, iluminación contrastada e interpretación estilizada, se explotan las emociones y se analiza la psicología de los personajes y el contexto social. Prácticamente se abandonan los intertítulos en relatos que poseen unidad de acción, espacio y tiempo; sin embargo, hay un exceso de simbolismo dentro del canon realista.
Carl Mayer escribe alguna de las obras más representativas de este movimiento y del conjunto del cine alemán de entreguerras (por ejemplo, Caligari o Berlín, sinfonía de una gran ciudad). Sus guiones se caracterizan por el cuidado de los decorados, los objetos, los encuadres, la iluminación o los movimientos de cámara. Cabe destacar los títulos La noche de San Silvestre, Scherben y El último.
El director más representativo del realismo social es Georg W. Pabst que comienza en el cine con la película Schatz en 1923, una propuesta expresionista en la que se aprecia ya una de las constantes de su mejor cine: el análisis crítico de la realidad y la transformación social por el esfuerzo de los hombres. A continuación rueda la obra más significativa del realismo social: Bajo la máscara el placer (también conocida como La calle sin alegría), donde se hace eco de la crisis económica y refleja las calles de Viena destrozadas por la guerra poblada por gentes hambrientas, en un relato de denuncia de la explotación económica y sexual. Otras de sus obras fueron: El misterio del alma, El amor de Jeanne Ney, Crisis, La caja de Pandora, La Atlántida, Don Quijote, etc.
Francia
El naturalismo francés
La marcha ascendente del cine francés, uno de los más avanzados de Europa, sufre un tropiezo con los inicios del cine sonoro. Esto tuvo dos causas: la crisis económica de Estados unidos, que afecta al resto del mundo, y el hecho de que no poseen ninguna patente propia de los sistemas sonoros, lo que provoca que empresas americanas se hagan con el poder de los estudios franceses.
Al principio se recupera la producción autóctona, aunque las dos principales empresas tienen problemas. Con la llegada del cine sonoro se desarrolla el corto musical, el documental y los noticiarios de actualidad. A mediados de la década, el cine conservador explota el antisemitismo y antiparlamentarismo. La cultura cinematográfica de los 20, retrocede por la llegada del cine sonoro y se produce un rechazo al cine norteamericano en nombre del nacionalismo cultural.
De la vieja vanguardia solo sobrevive Jean Vigo, cuya obra es realizada a espaldas de la industria y en difíciles condiciones. Se convertirá en uno de los más grandes poetas del cine francés.
Su primera obra es también el primer documental social del cine francés, A propos de Nice (1929). Es un retrato decadente de la ciudad de Niza, conocida como una ciudad turística, pero que él muestra desde otro punto de vista.
L’Atalante (1933-1934), a pesar de la prohibición de las autoridades académicas, consigue seguir adelante. Una historia de amor a medio camino entre la poesía surrealista y el naturalismo populista, mutilada para poder ser emitida, sin que su director pudiera negarse.
En Bajo los techos de París (1930), de René Clair, el sonido juega una parte muy importante. Es un retrato irónico y poético de París, salpicado de canciones típicas en las típicas callejuelas parisinas.
El renacimiento del cine francés se produce con La kermesse heroica (1935), de Jacques Feyder. Prohibida en Bruselas por la farsa jovial sobre la dominación española en Flandes. Aquí se ve la vocación del cine francés por el realismo y el naturalismo.
Ese naturalismo será dominante en la obra de Jean Renoir, con La golfa (1931) o Toni (1934). Su obra adquiere tintes polémicos con la creación del Frente Popular en 1936, como se puede apreciar en Le crime de M. Lange.
El realismo poético
El realismo poético (1936) consiste en un conjunto de películas pertenecientes a diversos géneros que, sobre la base realista de los espacios dramáticos y de personajes marginales, propone una mirada a la vez nostálgica y amarga, optimista y crítica. A pesar de ser un movimiento valioso, resulta minoritario dentro del cine francés coetáneo.
Destaca en el realismo poético, Marcel Carné, que colabora en la creación de películas como Nogent o Bajo los techos de París. Quais des brumes es su obra más conocida, pero fue acusada de de desmoralizar la sociedad y contribuir a la derrota de Francia frente a los nazis. El realismo poético que reivindica Carné se plasma en un cine de la calle, de talante documental, matizado por la poesía de lo cotidiano, con un estilo de racionalidad fría, un estilo apegado a una realidad bajo la cual late la dimensión trágica y fatalista de la existencia.
También Julien Duvivier que se adapta al cine sonoro con películas como Los cinco caballeros malditos o Alló París.
El cine de Jean Gremillón se caracteriza por mostrar los elementos documentales de la ficción , mitigar los rasgos melodramáticos , diseñar personajes muy enraizados en su medio social y mostrar la dimensión trágica de la vida cotidiana. Destacan obras como La petite Lise, La dolorosa, Centinela, etc.
La primera vanguardia: el impresionismo y sus directores
El cine impresionista fue un conjunto de innovaciones artísticas de rango semejante a la pintura, poesía o música y también un cine autónomo respecto a la literatura o el teatro. Valoran el naturalismo, el estilo directo y un cine popular pero tratan de ir más allá para construir relatos significativos por las estructuras rítmicas. Las imágenes están liberadas de toda técnica y solo tienen significado la una respecto a la otra. El cine impresionista fue llamado así por Henri Langlois ya que pretendían que la forma narrativa presentara la conciencia de los personajes. Otorgan importancia a la emoción, la narración psicológica, los estados de ánimo y los sentimientos. Este cine manipula el tiempo y la subjetividad del argumento mediante flash-backs, los iris, el montaje subjetivo, el ritmo… Abundan los sueños, fantasías y estados mentales. Esto lleva a ciertas innovaciones como la movilidad de la cámara o nuevos objetivos.
Aberl Gance: innova con distintos procedimientos —planos deformados, montaje rítmico, figuras retóricas, movimientos de cámara, formados de pantalla múltiple… — Algunas de sus películas fueron Mater dolorosa, la décima sinfonía, Yo acuso, Napoleón, etc.
Marcel L'Herbier: frecuentó los círculos vanguardistas antes de dedicarse al cine. Se enmarca dentro de una estética pictoricista. Se caracterizó por el uso de sobreimpresiones, contrastes de luces y sombras, deformaciones, etc. Algunas de sus obras fueron L’inhumaine, El Dinero, El Dorado…
Jean Epstein: refleja la interioridad de los personajes a través del montaje, el ritmo, los primeros planos y el dinamismo de la cámara. Películas: Coeur Fidèle, La caída de la casa Usher…
Otros personajes importantes del impresionismo han sido Louis Delluc y Germaine Dulac.
El cine dadaísta y surrealista: Luis Buñuel
En los orígenes, dadaísmo y surrealismo van de la mano. Man Ray firma Le retour de la raison, un cortometraje de tres minutos realizado con fotomontajes mediante la libre y arbitraria asociación de imágenes creadas con chinchetas, cerillas, tiras de papel, sal y pimienta espolvoreadas sobre el celuloide. El fracaso de su exhibición pública en una sesión organizada se considera la muerte del dadaísmo y el surgimiento del surrealismo en el que el propio Man Ray sitúa sus obras Emak Bakia y L’étoile de mer. René Clair participa en el impresionismo, dadaísmo y realismo poético. Algunas obras son París dormido o Entreacto. MArcel Duchamp realiza Anemic Cinema en su única incursión cinematográfica, donde sus imágenes son círculos descentrados y en espiral que giran gracias a un dispositivo especial. Esta película anticipa al surrealismo, un movimiento que surge por disidencia dentro del grupo Dadá cuando se valoran otros aspectos de la creación.
Uno de los textos considerados fundacionales del surrealismo y basado en la escritura automática es Les champs magnétiques, que Breton y Soupault publicaron en 1910. El surrealismo se presenta como un medio de liberación total del espíritu, una revolución que ataca al orden lógico, al orden estético y al orden moral. Breton dice que el surrealismo es el automatismo psíquico puro por el cual nos proponemos expresar el funcionamiento real del pensamiento. El compromiso sociopolítico creó tensiones entre el grupo surrealista ya quien hubo quien se alineó con el comunismo y quien renunció a apoyar cualquier ideología o sistema. En los años treinta, cuando ante la ascensión de los fascismos se crean coaliciones políticas nucleadas por los partidos comunistas, tiene lugar la crisis definitiva del movimiento.
El cine surrealista exigía llevar al lenguaje del cine el método del automatismo psíquico, la destrucción de toda causa y consecuencia, del flujo temporal, es decir, de toda narratividad. Por ello, el número de títulos es tan escaso. En un sentido más amplio encontramos un cine que entronca su temática en la del surrealismo, como es el del Buñuel posterior a La edad de oro. El cine no era el principal modo de expresión de los surrealistas ya que se interesaban más por pintura, literatura y política.
El filme fundador del surrealismo cinematográfico es La concha y el reverendo, obra de Germaine Dulac. Pero las dos películas de referencia de este cine son Un perro andaluz y La edad de oro, ambas dirigidas en Francia por Luis Buñuel, con guion suyo y de Salvador Dalí. Del psicoanálisis, los surrealistas heredaron la relevancia de lo sexual, que se expresa mediante el sueño (aunque este es un modo de aproximación a la realidad). Sin embargo, existe una utilización del inconsciente en películas anteriores como por ejemplo en Nosferatu.
Gran Bretaña
El cine inglés, que había conocido un glorioso amanecer con la Escuela de Brighton, se va apagando a partir de 1908, víctima del constante aumento de los costes de producción, de la competencia extranjera y del rigor puritano de sus censores.
La parálisis del cine inglés se prolonga hasta finales del período mudo, momento en el que se promulga una legislación fuertemente proteccionista, la Cinematograph Film Act de 1927. Esta fija una producción mínima anual de cincuenta películas y para forzar su salida comercial impuso a los distribuidores y exhibidores una cuota mínima del 5% de películas inglesas en su programación.
La primera película sonora del cine inglés está en manos de Hitchcock: La muchacha de Londres (1929). En estos años empieza ya a sonar el nombre de este nuevo director, que también dirige El hombre que sabía demasiado (1934), 39 escalones (1935) y Alarma en el expreso (1938). Con su narración se adelanta a la evolución de la narrativa policíaca.
Italia
Italia, una antigua gloria del cine, intenta volver a convertirse en una gran potencia cinematográfica. Se levantan los inmensos estudios de Cinemacittá, los mayores de Europa. Mussolini proclama el nacimiento del nuevo cine italiano, que debe ser grandioso y monumental y debe enaltecer las glorias pasadas y presentes del Imperio.
Junto al cine monumental y grandilocuente —Escipión, el Africano (1937) o La corona de hierro (1941)—, hay también comedietas sentimentales.
El futurismo italiano y la música cromática
El futurismo es la vanguardia que rechaza el arte tradicional en virtud de la importancia que concede a la máquina y al movimiento. El principal teórico es el poeta Filippo Tommaso Marinetti. El cine fue un asunto marginal para el cine ya que la disciplina industrial de la producción cinematográfica no era compatible con la poética del caos de este movimiento. Sin embargo, el Manifiesto de la cinematografía futurista (1916) considera el cine como el medio de mayores posibilidades artísticas. Vita futurista (1916) es la única película reconocida por el movimiento y hoy no se conserva.
A pesar de las dificultades que existieron para la invención de un procedimiento convincente del cine sonoro, es sabido que, en rigor, el cine nunca fue mudo y siempre existió acompañamiento musical y en ocasiones, explicadores que ayudaban a la narración de imágenes. También se comienza a subrayar la naturaleza temporal del cine, lo que lleva a apreciar la convergencia del cine y la música en cuanto artes que se desarrollan en el tiempo.
El cine de fascismos en Italia
El cine del fascismo es escapista en la medida en que el contexto de la crisis de la posguerra, con la ascensión del proletariado industrial y la depauperización de la burguesía, están ausentes en la mayoría de películas. Se propician las comedias sofisticadas, musicales, melodramas urbanos, ambientaciones históricas y noveladas y aventuras de evasión.
Es un cine funcional para la ideología del fascismo en el que están prohibidas las plasmaciones de adulterios, criminalidad, suicidios, prostitución o delincuencia juvenil. En este cine se puede valorar el trabajo artesanal y la calidad de la fotografía y la escenografía.
A partir de La Canzone dell’amore triunfa la comedia ligera de toques sentimentales. Destaca también, en esta etapa, el cine con influencia soviética, los dramas históricos y contemporáneos y comedias, así como el cine de propaganda.
En los años 30, el fascismo se muestra más beligerante en dar consignas sobre los objetivos del cine italiano: la educación estética y ética de las masas y la divulgación de los principios filosóficos y políticos, que toman como modelo a la Unión Soviética. Se crea, también, la “Dirección General de Cinematografía” para controlar todas las actividades del cine.
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