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1. Introducción



El cine no tendría proyección popular, ni cubriría los elevados gastos de su realización, si no fuera comercializado a gran escala. Es decir, una película, salvo en casos concretos, se lleva a cabo habiendo pensado en ganar dinero con ella, teniendo en cuenta la inversión tan elevada que requiere llevar a cabo un producto de estas características.

Las distintas ideologías políticas de cada país han influido en los modos de producción, distribución y exhibición, ya que no es lo mismo la concepción industrial del cine de un país europeo que del cine de uno americano por ejemplo.


La forma tradicional de hacer circular la película consistía en ofrecerla a una distribuidora que la hiciera llegar a las salas de exhibición. En los años 50-60 en Norteamérica este cine tuvo una gran variante, como fue la aparición de los “autocines”. Esta nueva forma de explotación comercial no duraría mucho debido al clima y a una “cultura del automóvil”, que, fuera de EEUU no estaba muy extendida.

Algo a tener en cuenta es la ubicación de las salas. El entorno urbanístico podía y puede condicionar el éxito de una película. Durante mediados de los 50 a mediados de los 60, los cines de estreno ocuparon el centro de la ciudad, sus zonas más comerciales.

Con la aparición de la tv como medio de comunicación de repercusión masiva, el cine encontró en esta un canal de exhibición, ayudando al establecimiento de la cultura cinematográfica.


Por otra parte, la publicidad devino en algo indispensable para el cine que no podía ser ajeno de esta, ya que esta era imprescindible para el desarrollo comercial de una película. Un ejemplo de ello son las campañas que se hicieron para películas como Los diez mandamientos, de Cecil B. DeMille. La publicidad es básicamente un bien “intangible” que produce beneficios y que si es usado con inteligencia contribuye a la popularidad del producto y su interés en la sociedad, y el resultado muchas veces significa un mayor número de espectadores.

Pero, la publicidad no fue únicamente utilizada por la gran o pequeña industria, también las películas catalogadas como obra cultural recurrían a la publicidad para potenciar su presencia en las carteleras. Aunque en estos casos la publicidad se orientaba más a los directores y el tema sobre el que giraba la obra, como fue el caso del film El año pasado en Marienbad, donde la dificultad de su mensaje argumental hizo que se hablase más de ella.


Durante los años 50 se expande la televisión y la radio, sobre todo en Estados Unidos ya que en Europa se ejerce un mayor control en las emisiones.

Entre los contenidos de televisión aparecen obras audiovisuales de televisión como los telefilmes o series. La cadena Tour Star Televisión, creada en 1951 y conocida por su prestigio del cine, crean programas para la televisión en los que aparecerán actores de Hollywood. Por otra parte, se adaptaron obras teatrales a la pequeña pantalla como Antes del desayuno (1957), la primera adaptación de este tipo en España.

En resumen, obras del cine, en cuanto a planos, argumento y duración, se adaptan a la televisión, llegando a crear series para este medio directores como Alfred Hitchcock (que patrocinó una serie). De la misma manera habrá series posteriormente adaptadas al cine como Star Trek (1966), de la NBC, o The Avengers (1961-1969), de ITC.


A mediados de los años 50 comienzan a emerger pequeñas productoras competidoras de las “Majors”, que con el paso del tiempo darán lugar a la creación del “cine independiente” (La noche del cazador, Charles Laughton para la United Artists), menos preocupado por los resultados en taquilla y con más intención artística.

También nos encontramos con la adaptación de novelas, de autores como Juan Marsé (Español) o Leon Tolstoi (Ruso), para el cine; así como de aportaciones del periodismo: la forma de narrar de John Ford, entre otros, se inspirada en la manera de escribir en los periódicos.

El cine busca entretener al espectador y que este reflexione sobre lo que está viendo. Hitchcock provocaba intriga con sus obras e incitaba a la meditación. El color blanco y negro jugó un papel muy importante en la concepción creativa del cine de la época, ya que permitía crear contrastes, profundidad de campo o matizar la gama de grises.

Comunicativo, moderno y renovador (en la forma de narrar, por ejemplo) eran las características que definirían el cine a partir de los años 60, muy influenciado por la cultura francesa.

A finales de los 60 hubo una transformación en el mercado cinematográfico con motivo de la crisis económica por la que pasaba Occidente ( debido a enfrentamientos militares Israel y países árabes) y en consecuencia, la aparición de Japón como potencia económica, comprando empresas cinematográficas. Pero las formas de producción, distribución y exhibición continuaron siendo las mismas.


Una visión general del cine de los años 60

Los nuevos cines surgen entre finales de los cincuenta y los sesenta como resultado tanto de las circunstancias históricas como de estrategias impulsadas por los gobiernos. Cada país tendrá su propia renovación con rasgos diferentes entre las mismas. La Nouvelle Vague francesa, cuyo origen se sitúa en el existencialismo, será la que impulse el nacimiento de nuevos movimientos en otros países. En Inglaterra nace el Free Cinema; en Alemania, el Nuevo Cine Alemán, y en Italia, el neorrealismo sufre una recesión con la aparición de nuevos directores. Nace el Nuevo Cine Español, y en los países del este de Europa también aparecen renovaciones, complicadas por las tensiones políticas. Asimismo, son importantes la Nuberu Bagu japonesa y el New American Cinema en EEUU.

Las características del nuevo cine son las siguientes:

  • Renovación generacional. La nueva generación de directores se caracteriza por la voluntad artística y una cultura cinematográfica depurada, fruto de de su estudio en las escuelas de cine. Buscan innovar, conquistando un estilo propio, y conciben el cine como un medio de expresión artística y no como una industria más. También el público se especializa y tiene un mayor nivel cultural, un público cinéfilo que frecuenta salas especializadas.

  • Independencia industrial. Se busca la independencia respecto de la industria comercial del cine, ya que su cine se opone radicalmente a este tipo de cine. Abogan por un cine de bajo costo, defendiendo que la libertad creativa es mayor al tener un menor presupuesto. Los gobiernos europeos apoyan políticas de promoción de este cine, intentando evitar la invasión del cine norteamericano. Sin embargo, estas películas no conseguían buenos resultados en taquilla, pues no eran del gusto del público general.

  • La película como obra abierta. Se considera que una película ha de proponer una experiencia al espectador y ser abierta a la interpretación, en vez de tan solo contar una historia. Se rechazan los guiones definidos y se inclinan más por guiones abiertos, que dan pie a cambios durante el rodaje.

  • Reivindicación del director como autor, frente al guionista o al productor. Lo importante es la concepción del mundo del director.

  • Ideología y moral. Hay un rechazo del didactismo ideológico propio del cine que expone metáforas positivas. Sin embargo, sí que hay compromiso ideológico y se da un cine militante anticapitalista e izquierdista.

  • La cooperación del espectador. Las características citadas anteriormente conllevan la construcción de un nuevo espectador, más colaborador con el texto fílmico. A ello contribuye el auge del cine y las publicaciones especializadas.

  • Nuevas tecnologías. La evolución de la tecnología con las cámaras ligeras y la toma de sonido directo es uno de los factores más importantes en el nacimiento de los nuevos cines.

Dentro del cine clásico, surge el Modo de Representación Moderno como una manera alternativa de expresión cinemática. Es simplemente una variable estilística que coexiste con el cine clásico, pero que niega los supuestos de este.

Su rasgo más identificativo es la autoconciencia lingüística, por la que toda la obra es consciente de su carácter de lenguaje y lleva en sí los límites del lenguaje. Esta autoconciencia está ligada a la reflexividad del texto fílmico, lo que supone la negación del supuesto básico del cine clásico: la transparencia narrativa y la ilusión de la representación.

El relato del cine moderno le otorga más importancia al discurso que a la propia historia. Hay una ruptura de la continuidad narrativa que se expresa en la apertura del guion, los tiempos muertos y los episodios inconexos.

La película es la expresión del mundo personal, de las obsesiones y la ideología su autor. La crítica y el espectador tienen un lugar importante, pues ambos deben desentrañar los significados de las películas e incluso relacionarlas con otras de la filmografía del autor.

Los personajes adquieren complejidad, problematicidad e indefinición. Son diversos, hay desde personajes misteriosos que no muestran sus pensamientos a personajes que muestran hasta sus sueños y recuerdos.


Junto a la renovación formal hay también una renovación temática, organizada del siguiente modo:

  • Temática personal individual. Hay una tendencia hacia el relato biográfico, normalmente protagonizado por antihéroes o personas marginadas de la sociedad.

  • La infancia. Representan la infancia como etapa que marca el posterior desarrollo biográfico.

  • Mitología sobre la juventud. Aparecen temáticas propias de la juventud, ligadas a la crisis de la institución familia o a la infancia.

  • Cuestionamiento de la familia. Los relatos sobre la infancia, adolescencia o juventud suelen narrar cuestionamientos de la familia o relaciones familiares problemáticas.

  • Instituciones educativos. Abundan la las películas sobre colegios o internados que representan el autoritarismo y la represión, lo que provoca la rebelión de los jóvenes.

  • Aprendizaje sentimental y sexual. Los relatos juveniles hablan de las dificultades para la expresión de sentimientos y en la iniciación sexual. La prostitución y la homosexualidad toman cierto protagonismo.

  • Relaciones de pareja. Las relaciones de pareja aparecen sometidas a dificultades como las diferencias de clase o de cultura. Aparecen también el adulterio y los tríos amorosos.

  • Cine en el cine. Películas referidas al mundo del cine, reflexiones fílmicas y homenajes a los géneros.

  • Contexto sociopolítico.

  • Revisión del pasado histórico. Particularmente hay una revisión de los años del nazismo y el fascismo y sus consecuencias.

  • Debate ideológico. En los cines del Este hay una revisión del marxismo por la crisis del socialismo real. En otros países, hay un cine sociopolítco comprometido con los valores de la izquierda.

El cine se ha convertido en el principal alimento espiritual de algunos sectores de la humanidad; es un arte universal. Es, junto la televisión, el portavoz de emociones que conmueve a las multitudes del mundo actual. Al igual que ocurrió con el cine sonoro, han sido un reto económico las transformaciones técnicas de la industria del cine. El veloz desarrollo de la televisión en EEUU hizo que éste fuese el primer país del mundo que tuviera que idear nuevas armas para luchar contra la televisión.

La primera arma fue el cine en relieve, que superponía dos imágenes sobre la pantalla (correspondientes al punto de vista de cada ojo) y obligaba a los espectadores a utilizar unas gafas con vidrios polarizados, que seleccionaban una imagen para cada ojo restituyendo el mecanismo de la visión binocular. Pero esta moda fue breve ya que era caro, incómodo y fatigoso. Se iniciaba también la era de las macropantallas con Esto es Cinerama (1952), sistema presentado en el Broadway Theatre de Nueva York, que utilizaba tres películas contiguas y sincrónicas proyectando imágenes a cadencia de 26 por segundo, sobre una gigantesca pantalla cóncava. Las posibilidades del Cinerama se agotaron en documentales que ofrecían escenas paisajistas y vistas aéreas. Hasta 1962 no se produjo la primera película de ficción dramática en Cinerama, que fue La conquista del Oeste, pero al año siguiente (por razones económicas y técnicas) el sistema de triple película desaparecía y la película El mundo está loco, loco, loco de Stanley Kramer se rodaba ya sobre una película única de 70 mm (doble de la normal, lo que redujo su ángulo visual horizontal).

La difusión del Cinerama estuvo frenada por la complejidad y elevado coste de instalación de las nuevas salas. El procedimiento sugirió a 20th Century Fox la posibilidad de disponer de un sistema que, obteniendo parecidos resultados de espectacularidad, fuese más simple y barato. La Fox compró al profesor Henri Chrétien los procedimientos de fabricación del objetivo anamórfico hypergonar (que comprimía las imágenes durante la toma de vistas) y así pudo nacer el Cinemascope, que proyectaba las imágenes “descomprimidas” sobre una pantalla panorámica cóncava de proporción ½, 55. La película que inauguró este procedimiento fue La túnica sagrada (1953) de Henry Koster, que dio lugar, además del Cinemascope, a otras variantes de proyección panorámica, tratando de aprovechar al máximo el área de visión del espectador.

Dispuesta a desbancar a la televisión, la industria del cine realiza un abanico de procedimientos, como Vistavisión, Aromarama, Odorama, Circarama… pero todos ellos fueron efímeros. Sin embargo el Cinemascope se consolidó entre el público. Al igual que había ocurrido al aparecer el sonido y más tarde el color, se produjo una masa de críticas hacia estos nuevos procedimientos y se dijo que la grandiosidad no es sinónimo de calidad y la polémica en torno a los formatos dominó casi toda la década de los 50 y 60, girando en torno a sus aspectos industrial y estético. Las macropantallas significaban un elemento de alta espectacularidad destinado a restablecer la frecuentación cinematográfica pero también cerraron el capítulo de la universal uniformidad técnica del cine, con procedimientos que a veces obligan a costosas reformas de las salas. El formato panorámico favorecía las composiciones de dominante horizontal (paisajes, escenas de masas) pero restaba intimidad a las escenas que la requerían y estas proporciones hacían difícil el uso del primer plano (en especial del rostro humano).

Sin embargo, en 1955 aparecieron dos películas, Lola Montes de Max Ophüls y Al este del Edén de Elia Kazan, que demostraron la flexibilidad de los formatos al neutralizar con sombras u objetos los bordes laterales de la gran pantalla. Algunos teóricos señalaron que este ensanchamiento del panorama visual era un elemento acorde con la evolución general de la estética del cine moderno, destinado a dar mayor cohesión y continuidad especial a la narración en contraste con la gran fragmentación del espacio en el viejo cine-montaje. La política de las grandes empresas fue la de reducir el volumen de producción pero aumentar su espectacularidad y costo, utilizando el color, las macropantallas, reparto de grandes estrellas, etc. Se basaba en ofrecerles a los espectadores aquello que no podía contemplar en el televisor. Una desbocada carrera de cifras ha tenido como consecuencia la proliferación de las coproducciones internacionales buscando países con buen clima (para el rodaje en exteriores) y con precios bajos para abaratar la producción; por ejemplo los estudios Cinecittà de Roma. Sin embargo, en pocos años la avalancha americana hizo que los precios subieran y los productores empezaron a buscar nuevos horizontes como Yugoslavia o España. Esto explica que en los últimos veinte años la producción de las grandes potencias tiende a bifurcarse en dos direcciones: las producciones espectaculares con grandes repartos y escenografías (para atraer a grandes masas de público) o en el extremo opuesto el llamado “cine de autor” realizado con presupuestos bajos y con independencia creadora. Esta doble especialización de la producción mundial explica la aparición de los movimientos de cine independiente, como la Nouvelle Vague, donde con pequeños presupuestos pueden permitirse la libre experimentación creadora y contando con la amortización de sus productos gracias a su explotación en cine-clubs, salas de ensayo, filmotecas, festivales… El cine ha salido ganando con todo esto ya que la producción nunca fue tan rica y variada, donde se han planteado diversos problemas, investigaciones y análisis, y el lenguaje se ha enriquecido y la escritura formal ha conquistado una mayor libertad. La madurez, riqueza y diversidad del cine contemporáneo hará que siga avanzando poco a poco.

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